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| La delegación es el proceso en el que los directivos asignan tareas a sus subordinados, otorgándoles autoridad y responsabilidad para ello. La delegación tiene varios principios: debe ser íntegra (afectar a toda la tarea para cumplir el objetivo), clara (definida y comprendida), y suficiente (se ha de dar la autoridad necesaria para poder realizar la tarea).
En toda delegación, se debe analizar el trabajo para determinar lo que se puede y debe delegarse, y lo que no:
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Lo que no puede delegarse: no se puede delegar la función de mando del jefe, ni planificar los objetivos políticos, procedimientos y programas de su nivel, ni establecer normas, medidas de trabajos, analizar los resultados, ni adoptar medidas de corrección.
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Lo que se puede delegar: se pueden delegar los asuntos que conciernen a un solo elemento del subordinado, y deben delegarse las partes del trabajo que uno esté menos capacitado para realizar y ponerla en manos de alguien que sí lo esté.
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